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י"ח אדר ב’ התשפ"ד

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Capítulo 1, “los deberes del hombre en el mundo”, (novena parte) – 26

Y es lo que nos enseñan nuestros sabios en su comentario sobre Kohelet: «Y aun el alma no se saciará», es una parábola que compara a un plebeyo que desposo a la hija de un rey, aun ofreciéndoles todos los presentes del mundo no podrá satisfacerla pues ella es la hija del rey; Y así el alma, aun prestándole todas las delicias del mundo no les admitirá valor pues ella proviene de las alturas. (Kohelet Raba 6). Como dicen nuestros sabios: «A pesar tuyo eres concebido, y a pesar tuyo naces” (Avot 4/29), el alma no gusta de este mundo, sino que lo aborrece. Por lo tanto, no hubiera creado el Hacedor una criatura con objetivos opuestos a la propia naturaleza y abominados por ella.

Pues entonces la creación del hombre es para su situación en el mundo futuro, y por ello le fue concebida esta alma, merecedora de que la sirvamos, en ella podrá el hombre recibir retribución en su debido tiempo y lugar para que no sea aborrecido por el alma este mundo sino, por el contrario, amado y estimado, y esto es muy simple.

 

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

"El sendero de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su alma preserva su camino." (Mishle 16:17)