כ״ח בשבט ה׳תשפ״ב
Capítulo 1, “los deberes del hombre en el mundo”, (parte once) – 28
Nos encontramos aprendiendo, que en esencia la realidad de la persona en este mundo es el cumplimiento de los preceptos y el servicio y enfrentarse a los exámenes y las satisfacciones de este mundo no es digno que le sirvan sino como incentivo y apoyo para lograr la tranquilidad y reposo suficientes y dirigir su corazón al servicio impuesto sobre él.
Pero es conveniente que se dirija exclusivamente hacia Su Creador, y aparte todo fin ajeno de las tareas que realice, sean pequeñas o grandes y acercarse al Señor, Bendito Sea, destruyendo todo muro que interrumpa entre él y su creador, o sea todo lo relacionado con el materialismo y lo que dependiere de él, hasta inclinarse tras el Señor Bendito Sea, como el hierro tras el imán.
Dijo Rabi Pinjas ben Yair: la Torá nos lleva a la prudencia, la prudencia nos lleva a la agilidad, la agilidad a la limpieza, la limpieza a la abstinencia, la abstinencia a la pureza, la pureza a la devoción, la devoción a la humildad, la humildad al temor al pecado, el temor al pecado a la santidad y la santidad a la profecía.
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Leyes sobre el tema de los últimos días: Mesilat Yesharim