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י"ט אדר ב’ התשפ"ד

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Capítulo 1, “los deberes del hombre en el mundo”, (tercera parte) – 20

Y en el análisis se verá que la perfección real es el apego al Santo, Bendito sea, como solía decirlo el Rey David: (Salmos 73-28) » Y yo en las cercanías del Señor hallo mí bien” y continúa “Y sólo una cosa clamé del Señor, aquello pediré, moraré en la casa del Señor todos los días de mi vida», pues sólo aquello es el bien, y todo lo demás por el hombre considerado como benéfico es sólo en vano, y así inútilmente erraremos.

Pero para que se hiciera merecedor el hombre de este beneplácito deberá laborar y concentrar sus esfuerzos para conseguirlos, o sea, que trate de apegarse al Señor con la fuerza de sus preceptos que resultan en consecuencia lo antedicho.

 

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

"El sendero de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su alma preserva su camino." (Mishle 16:17)