Y los alimentos prohibidos son más grandes que otros pecados en esto, pues penetran en su cuerpo y se convierten en carne de su carne.
Y para anunciarnos que no solo los animales impuros o los reptiles son los prohibidos, sino que aún entre los animales aptos existen prohibiciones que los incluyen entre los impuros.
Dice el versículo: “Para distinguir entre lo impuro y lo puro”, y explicaron nuestros maestros: “No hace falta especificar entre un asno y una vaca; ¿Para qué está dicho entonces entre lo puro y lo impuro? Para lo que impurificas y lo que purificas, o sea, para lo que se degolló -su tráquea- en su mayoría o a medias; y esta diferencia se rige inclusive por la delgadez de un cabello” (Torat Cohanim). Y finalizaron diciendo esto para demostrarle el maravilloso poder de los preceptos, que aún la delgadez de cabello distingue entre lo puro y lo impuro.