Capítulo 11, “Aspectos de la limpieza”, (parte dieciséis) – 111
Y hablaremos ahora de los pecados comunes que nacen de la convivencia, por ejemplo: El insulto, la ofensa, hacer tropezar al incrédulo con nuestro consejo, la calumnia, el odio, la envidia, juramentos, mentiras o profanación del Nombre Divino. Quién podrá decir estoy puro de ellos limpio de toda culpa, pues muchas son sus ramificaciones y muy sutiles y demandan un gran esfuerzo para cuidarse.
El insulto general, se refiere a avergonzar al compañero en forma privada, y con más razón en público algo que lo avergüence o hacerle algo que le produzca vergüenza, y es lo que dijeron: “Si el hombre se arrepiente no se le deben recordar sus actos pasados; si contrae enfermedades no le dirá como le dijeron sus compañeros a Job: “Recuerda por favor, ¿Quién era inocente, ha perecido? (Job 4); Si los asneros le piden cosecha no les conteste: vayan con fulano que él les venderá y él sabe que el fulano jamás vendió trigo” (Bab. Metziá 58).