Capítulo 11, “Aspectos de la limpieza”, (séptima parte) – 102
Ahora hablaremos del adulterio que se encuentra también entre los preceptos graves y continúa al robo, como lo expresaron nuestros sabios: “La mayoría peca en el hurto y una minoría en el adulterio” (Trat. B. B.)
Quien se quiera purificar totalmente de este pecado, también el necesitará una tarea no menor. Pues no se incluye en la prohibición solo el hecho en sí, sino todo lo cercano a él; Explícitamente lo dice el versículo: “No se aproximarán a descubrir la desnudez” (Levítico 18) y comentaron los sabios: “Dijo el Señor, Bendito Sea, no pienses, ya que tengo prohibido cohabitar con una mujer, la tomaré, la acariciaré, o la besaré y no tendré pecado; Sino, dice el Señor así como el asceta, que hace votos de no beber vino le está prohibido comer uvas tiernas, secas, el remojo de uvas y todo lo que de la vid extraiga, así la mujer que no te pertenece te está prohibido tocarla absolutamente, y quien toque a una mujer que no es la suya, atrae hacia sí la muerte” (Shemot Rabá 16).