Y prohibieron también Nuestros Sabios: “Sentarse sobre el lecho en el que se encuentra el Sefer Torá” (Tr. Moed Katán 25). Y también dijeron: “No se lanzan escritos sagrados, ni aun aquellos sobre leyes o leyendas”. Y prohibieron colocar escritos de los profetas sobre el Pentateuco. Todas estas cosas las prohibieron los Sabios a la totalidad de la congregación de Israel, pero el devoto deberá aprender de ellas y aumentar sobre ellas más y más en honor al Eterno su Dios.
Todo esto incluye la limpieza y la pureza necesarias para las palabras de Torá, pues ni hay que ocuparse de ella, ni aun meditar en lugares impúdicos, o con las manos no aseadas, como nos advirtieron Nuestros Sabios en reiteradas ocasiones.