Por cierto, es unas de las artimañas del mal instinto y su astucia la de multiplicar su influencia en forma constante en el corazón de los hombres hasta que no les quede un momento para reflexionar y analizar el camino por el que transitan, pues sabe (la tentación) que si pondrían su atención aun ínfima en sus caminos seguramente en forma inmediata se comenzarían a arrepentir de sus hechos y este arrepentimiento iría cobrando vigor hasta abandonar definitivamente el pecado.