Pero si los tres cuidará íntegramente, es decir: la integridad del pensamiento, la meditación y la confianza, entonces se conducirá con seguridad realmente y no le ocurrirá ningún mal. Esto es lo que dijo Jana en su profecía: “Los pies de sus devotos cuidara” (Samuel 1). Y asimismo David dijo: “Y no abandonará a sus devotos, por siempre están preservados” (Samos 37).
Lo que tenemos que entender es, que no podemos juzgar las cuestiones de la devoción de un primer enfoque, sino debemos meditar y analizar hasta donde llegan sus consecuencias, pues en ocasiones el hecho en sí aparecerá como bueno, y por cuanto que sus consecuencias son negativas se verá obligado a abandonarlo, y si lo realiza será un pecador y no un devoto. He aquí lo sucedido con Guedalia ben Ajikam, observamos claramente que dada su gran piedad en no juzgar a Ismael culpable o no recibir calumnias sobre él, le dijo a Rabí Yojanan ben Kareaj: mentiras tú hablas sobre Ismael. Y ¿cuáles fueron las consecuencias?, provocó su propia muerte y la dispersión del pueblo de Israel, y se extinguieron las últimas chispas de esperanzas. Y el versículo le atribuyó las muertes que se ocasionaron, como si él las hubiese asesinado, como comentaron Nuestros Sabios, sobre el versículo: “Todos los cadáveres de los hombres que fueron asesinados por medio de Guedalia”.