ט״ז באדר א׳ ה׳תשפ״ב
Capítulo 4, “Adquisición de la prudencia”, (cuarta parte) – 44
Y el fin de esta categoría es lo que se denomina: Temor al pecado, que se considera entre los niveles más elogiados, que el hombre tema continuamente y se preocupe por si se encuentra en él algún vestigio del pecado que lo prive de la integridad por la que está obligado a esforzarse, y sobre esto dijeron nuestros sabios: como parábola nos enseña “Que cada uno se quema en el palio nupcial de su compañero”, pues la envidia no solo consume a los ignorantes, como ya escribiré más adelante con ayuda del cielo, sino el observarse a sí mismo falto de la integridad que podría haber obtenido como la obtuvo su compañero. Y según este análisis, no se privará el íntegro en su razón de ser prudente en sus actos.
Dijo Rabi Pinjas ben Yair: la Torá nos lleva a la prudencia, la prudencia nos lleva a la agilidad, la agilidad a la limpieza, la limpieza a la abstinencia, la abstinencia a la pureza, la pureza a la devoción, la devoción a la humildad, la humildad al temor al pecado, el temor al pecado a la santidad y la santidad a la profecía.
1
1
Leyes sobre el tema de los últimos días: Mesilat Yesharim