Porque he aquí que el trabajo es una necesidad del hombre para su sustento, pero la intensidad del mismo no es necesario que sea extra hasta no dejarle lugar para el servicio divino. Por lo mismo fuimos ordenados de fijar momentos para el estudio de la Torá, y ya mencionamos que es lo más necesario para que el hombre alcance la prudencia como lo afirma Rabbí Pinjas: la Torá conduce a la prudencia y sin ella no la alcanzará jamás, y es lo que dijeron nuestros sabios: “El ignorante no puede ser piadoso” (Princip. 2-6).