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י"ח אדר ב’ התשפ"ד

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Capítulo 5, “Desarrollo de los obstáculos de la prudencia y como alejarse de ellos”, (tercera parte) – 58

Y con esto, que el Creador, Bendito Su nombre, creó el instinto malo en la persona y le creó la Torá como antídoto, como lo afirman nuestros sabios: “Cree el mal instinto, creé la Torá como antídoto” (Trat. Kidushin 30). Por lo tanto es evidente que si el Creador no creó para este mal sino este remedio, es imposible para la persona recuperarse sin esta medicina y quien considere que se salvará sin ella está cometiendo un error, y descubrirá su equivocación al final, cuando muera en su pecado.

Pues el mal instinto en verdad es muy poderoso en la persona, y sin el hombre saberlo va creciendo dentro de él hasta gobernarlo totalmente. Y aunque haga todos los artificios del mundo si no toma la medicina que fue creada para él, o sea la Torá, como escribimos, no sabrá ni sentirá el progreso de su enfermedad hasta que muera en su pecado y se extermine su alma. A que esto se asemeja? a un enfermo que consulto con los doctores y al diagnosticarlo le recetaron una medicina, y él, sin tener conocimiento de medicina aparta aquél remedio y toma lo que se le ocurre de entre los remedios por supuesto que morirá de su enfermedad. Y así también esto. Porque no existe quien conozca las enfermedades del instinto nocivo y su poder natural, sino su creador que lo creó, y él nos advierte que su medicina es la Torá.

 

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

"El sendero de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su alma preserva su camino." (Mishle 16:17)