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Capítulo 6, “La agilidad”, (octava parte) – 73

En resumen, un gran esfuerzo debe realizar el hombre para superarse con habilidad y cumplir los preceptos, arrojando de sí la pereza que lo limita.

Y observa que aun los ángeles fueron ponderados con esta virtud, tal como está dicho: “Poderosos que ejecutáis sus mandatos, escuchando la voz de Su decir” (Salmos 23). Y está dicho: “Y las criaturas se apresuraban y volvían como la apariencia de un rayo” (Ezequiel 1-14).

Y siendo el hombre humano y no ángel – pues es imposible que alcance el poder de un ángel – pero indudablemente lo que pueda tratar de aproximarse a tan elevado nivel debe realizarlo. Y el rey David se vanagloriaba de sus logros diciendo: “Me apresuré y no me retrasé en guardar tus preceptos” (Salmos 119).

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

"El sendero de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su alma preserva su camino." (Mishle 16:17)