He aquí que el rey Salomón nos reiteró constantemente esta prevención al ver el prejuicio de la holgazanería y la pérdida tremenda a la que conduce y dijo: “Un poco de sueño, un poco de sopor, un poco cruzando las manos al acostarse y llegar apresurada tu caída, y tu necesidad como un hombre armado” (Prov. 6-10). Pues el holgazán, aunque no cause mal en forma activa, él atrae el mal hacia sí con su inactividad, como dice: “También el que se desgana en su trabajo, es hermano de la destrucción” (Id. 18). Pues a pesar de no asemejarse al destructor que causa el mal con sus propias manos, no pienses que está lejos de serlo sino en su hermano y su compañero.