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י"ח אדר ב’ התשפ"ד

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Capítulo 8, “Adquisición de la agilidad”, (segunda parte) – 83

Pero ciertamente lo que podrá aumentar ese despertar es la contemplación de los beneficios que el Eterno, Bendito Sea, le prodiga al hombre cada momento y a cada instante, y las inconmensurables maravillas que le realiza desde el día de su nacimiento hasta el día final. Puesto que cuando más aumente en observar y meditar estas cosas, así progresará en reconocer a Dios que lo beneficia, y serán estos los medios para no ser indolente y débil en el servicio divino, dado que es imposible retribuir las bondades a Dios, por lo menos le agradecerá y cumplirá sus preceptos. No hay hombre, en cualquier situación que se halle pobre o rico sano o enfermo que no perciba las maravillas y bondades inmensas en sus circunstancias, pues el rico o el sano ya le deben su riqueza o su salud. El pobre, a pesar de su situación le debe el proporcionarle sustento en forma milagrosa y espléndida sin permitirle morir de hambre, el enfermo por sustentarlo en su dolencia y no dejarlo perecer, y así todos los casos similares hasta no encontrar un sólo hombre que no reconozca ser deudor de su creador.

Y al observar las bondades recibidas se dispondrá pronto a su servicio como ya lo mencionamos, y más aún al reconocer que todo su bienestar depende del Eterno, y lo que necesite, de Él provendrá y de nadie más, entonces por supuesto no se será indolente en el servicio Divino y no le faltará lo que necesite.

 

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

"El sendero de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su alma preserva su camino." (Mishle 16:17)