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י"ח אדר ב’ התשפ"ד

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Capítulo 9, “Obstáculos de la agilidad y como evitarlos”, (cuarta parte) – 88

Todo esto significa que se considerará el hombre a sí mismo como accidental en este mundo y constante en su servicio, aceptará y se contentará con lo que el mundo le brinde y tomará lo que se le presente, permaneciendo alejado de la inactividad y cerca del trabajo y la labor, y su corazón confiará en el Señor y no temerá a lo que depare el tiempo.

Y si objetara que nuestros sabios obligaron a la persona a cuidarse a sí mismo extremadamente y no colocarse a sí mismo en peligros aun siendo recto y poseedor de buenas obras y dijeron: “Todo está en manos del cielo, excepto el resfriamiento” (Ketuvot 30), y está escrito: “Guardad mucho de vuestra alma” y aun dijeron, para el cumplimiento de los preceptos (Deuter. 4). Pero sabrás, que hay temores y temores. Hay un temor digno y un temor tonto. Hay confianza y libertinaje. Porque el Señor, Bendito Sea, creo la persona con razonamiento correcto y raciocinio evidente para conducirse por la buena senda y cuidarse de las cosas que lo perjudican y que fueron creadas para los impíos y su castigo, y quien no quiera encaminarse por los senderos de la sabiduría y quedar librado a los peligros, no es seguridad sino libertinaje, y aun se lo considera pecador en tanto se opone a la voluntad del Señor, Bendito Sea, que le exige cuidar su alma. Y encontramos que aparte del peligro impreso al que está expuesto por falta de cuidado, inculpa su propia alma al pecar, lo que ya lo hace merecedor de castigo.

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

"El sendero de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su alma preserva su camino." (Mishle 16:17)