Viernes 

י"ט אדר ב’ התשפ"ד

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Décimo cuarto capítulo/37

  1. Hay veces en que el yetzer haraviene a la persona y le provoca el siguiente pensamiento: ¿por qué debo preocuparme tanto de hacer jésed con otros? ¿Acaso fulano o mengano, pese a ser más ricos que yo, solo se preocupan de juntar dinero para heredárselo a sus hijos? hare yo también como ellos. Frente a esta situación hay que reflexionar y responderle al yetzer con el siguiente argumento: si se me presentase la opción de comprar una propiedad por un precio muy bajo y con altas rentabilidades, y en donde la persona más experta y confiable que existe en el mercado, con la que además todos se aconsejan, me asegura que es un negocio redondo, ¿acaso también preguntaría: cómo fulano que es más rico que yo no hace este negocio, porque yo debo de hacerlo? Ciertamente no, por el contrario me apresuraría a cerrar el negocio con gran alegría, de esta misma manera debo reflexionar con la mitzva de jesed y el resto de las mitzvot siendo que…

 

2. Hashem, quien es «el mejor negociante» de todos y sabe que es lo mejor para nosotros, nos enseñó en su Torá que el hacer Jésed es un «negocio redondo». Por lo tanto, ¿Es necesario seguir cuestionándose si vale la pena entrar en este negocio?

 

“Te diré hombre que es Bueno y que es lo que demanda Hashem de ti,  que actúes con justicia, ames con misericordia y camines con humildad junto a tu Di-s” (Mija 6:8)