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Leyes de lashon hara/regla número diez 3-4 (74)

  1. La autorización para hablar lashon hara sobre aquel que le causó un daño a su compañero solo fue dicha cuando el que cuenta es una persona que no comete los mismos pecados por los cuales está acusando al otro, ya que, si este fuera el caso, con certeza podría afirmarse que su intención no es la de ayudar a la persona perjudicada sino la de degradar al acusado.

4.  Lo enseñado anteriormente sobre que la autorización fue dicha solo cuando la persona tiene un propósito constructivo, quiere decir que gracias a sus palabras los oyentes van a poder ayudar al que fue perjudicado. O incluso que sus palabras no van a poder ayudar al damnificado, si lograrán que las personas se alejen de estas acciones, cuando escuchen cuán malo es aquél que daña a su compañero, o que la persona misma se arrepienta, cuando sepa que las personas están hablando mal de él, aun así, estaría permitido. (En ambos casos hay que tener cuidado de contárselo solo a personas que puedan ayudar o aprender de esto y no a personas que causarán más discusiones).

"Aquél que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias." (Mishle 21:23)