Martes 

ח’ ניסן התשפ"ד

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Mitzva 16) no quebrar un hueso del sacrificio de Pesaj

Parashat Bo

“Y un hueso de él no quebrarán” (Éxodo 12,46)

Mitzva prohibitiva que prohíbe quebrar cualquier hueso del sacrificio de pesaj como dice el versículo “y un hueso de él no quebrarán”.

El fundamento de esta mitzva es, igual que el resto de las mitzvot relacionadas al sacrificio de Pesaj, el de recordarnos los milagros que nos hizo Hashem cuando nos salvó de la esclavitud de mitzraim. La forma en que esta mitzva específica nos alude a esto es porque como fue explicado anteriormente el hecho de que nuestra redención haya sido en manos de Hashem nos hace sentir como hijos de reyes, lo que nos obliga a comportarnos acorde a ello, es decir como hijos de reyes y consejeros del rey y por ser que estos cuando comen no acostumbran a quebrar los huesos para alcanzar hasta el último pedazo de la comida como sí hacen los pobres hambrientos y los perros, tampoco nosotros debemos hacerlo, por lo menos al comer la carne del sacrificio de Pesaj que nos conmemora el haber sido escogidos entre todos los pueblos y coronados como reinado de sacerdotes de Hashem y pueblo santo. En conclusión, cada año y año en esa misma fecha cuando comemos este sacrificio es apropiado actuar de manera que demuestre la grandeza que alcanzamos desde ese momento y a través de este acto se grabará para siempre éste sentimiento en nuestras almas.  El motivo que nos obligó la Tora a hacer tantas acciones para recordar la bondad que hizo Hashem con nosotros en la salida de mitzraim, es porque la persona acostumbra a su corazón a sentir y a su cabeza a pensar de acuerdo las acciones que realiza tanto para bien como para mal, a tal punto que incluso un malvado en su corazón y pensamientos sí se esforzará en despertar a su espíritu ocupándose con constancia en el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot, incluso no con intención pura de santificar el nombre de Hashem, inmediatamente se inclinará para el bien, y más aún su no intención en nombre de Hashem finalmente se transformará en voluntad de santificar el nombre divino y por fuerza de sus actos matará (vencerá) al yetzer hará porque detrás de las acciones se arrastran los corazones. Asimismo, una persona plenamente justa y con corazón recto y puro que quiere la Tora y las mitzvot si se ocupara permanentemente en cosas vanas incluso por fuerza mayor como por ejemplo si lo obligara el rey nombrándolo responsable en un mal puesto si realmente trabajara con constancia en él se volverá en un tiempo de justo a malvado porque es conocida la realidad que la persona es influenciada por sus propias acciones y finalmente lo que hacía por obligación lo hará por voluntad propia como dijimos anteriormente. De acuerdo a esto se entiende lo que dijeron nuestros sabios quiso Hashem meritar a Israel por lo que les aumentó Tora y mitzvot, con la intención de que ocupemos todos nuestros pensamientos y esfuerzos en su cumplimiento para beneficiarnos en nuestro futuro, porque por medio de estas buenas acciones seremos influenciados para conducirnos de esta misma manera en todos nuestros ámbitos de la vida y así meritaremos la vida eterna.

Se debe cumplir esta mitzva tanto por hombres como por mujeres en el tiempo que el Beit Hamikdash está en pie.

"El Rabi Simlai dijo: seiscientos trece mandamientos se le han comunicado a Moisés. Trescientos sesenta y cinco prohibiciones equivalentes al número de los días del sol, y doscientos cuarenta y ocho preceptos a cumplir, correspondientes a los miembros del cuerpo humano." (Tratado Makot 20: )