Parashat Tazría

 “… sus ropas serán rasgadas y sus cabellos crecidos” (Vaykrá 13,45)  

Mitzva prescriptiva que el afectado por tzaráat se comporte de acuerdo a las leyes especificadas en el capítulo de la Tora que refiere al respecto, como dice el versículo “sus ropas serán rasgadas y sus cabellos crecidos”. De la misma manera, el resto de personas impuras que pueden impurificar a otras personas deben hacer saber de su estado a los demás para que la gente se cuide de ellos de no ser contagiados.

El fundamento de la mitzva es que la persona impura tome conciencia al observar que la gente se aleja de él, que el pecado aleja a la persona de todo lo bueno, para así se arrepienta y regrese de su mal camino. Esto es lo que dijeron nuestros sabios de bendita memoria sobre la persona que contrae tzaráat: “él separo con su maledicencia (lashon hara) el hombre de su mujer, o a la persona de su amigo, por ello su carpa será establecida fuera del campamento”, por esto es adecuado de llamar a toda persona a alejarse de él.

Un principio fundamental de nuestro judaísmo es que de acuerdo a como la persona se comporta de la misma manera se comportará Hashem con él (literalmente: de acuerdo a como la persona mide, será el también medido). La explicación de esta frase no es conocida por la gente, por lo que suelen interpretar la parte de la frase que refiere al comportamiento de Hashem, Bendito Sea, como si fuese una persona, que devuelve a su compañero de acuerdo a la bondad o maldad que recibió de él, sin embargo el  Creador, Bendito Sea, no se conduce así, ya que no hay en él sino que bondad y misericordia ilimitadas, y su bondad está en todo momento preparada para reposar en quien sea merecedor de recibirla, por lo cual lo que dijeron nuestros sabios de bendita memoria sobre Hashem “que de acuerdo al comportamiento de la persona, Hashem se comportará con él” quiere decir que de acuerdo a los actos de la persona, de bien o no, será digna de recibir recompensa, porque al encaminar la persona sus pensamientos y actos para el bien, arrastrará detrás de él la bendición o en su defecto lo contrario. Porque Hashem, Bendito Sea, no hace padecer a ninguna creación por un deseo de castigar, ya que el Creador es tan bueno que solo quiere el beneficio de sus creaciones por siempre, sino que es la misma persona la que se obliga a si misma a padecer al inclinarse del camino recto y al alejar de sí su preparación y merito que lo hagan digno de recibir la bondad del Creador. El ejemplo sobre esto, es quien va sobre un camino recto y libre de piedras y de cualquier especie de tropiezo, el cual tiene un cerco de pinches y espinas en cada uno de sus lados, de repente se enreda en el cerco y se lastima con los espinos, es claro que no se puede decir sobre este episodio que Hashem quería que aquella persona se lastime y sea herida, sino que él mismo fue el que se lo provocó al no ser cuidadoso de ir por el camino de manera recta. De la misma manera sobre la estricta ley que establece que la persona pecadora debe ser castigada por su pecado, no se puede decir que Hashem, bendito sea, quiere ese castigo y dolor, sino que ella misma se perjudicó al impedir que la bondad del creador recaiga sobre él, al cometer su pecado, y para peor generó que inmediatamente recaiga sobre él, el mal. En síntesis, el concepto que surge de aquí es que cada acontecimiento malo que le sucede a la persona, es la consecuencia de un acto malo que realizó esa persona, lo que provocó un grado de ocultamiento y alejamiento de Hashem, bendito sea, de él, es decir que Hashem apartó su cuidado sobre esa persona por su pecado hasta que reciba el castigo al que se obligó, y entonces encomendará a sus ángeles que nuevamente cuiden a la persona como antes.

Se debe cumplir esta mitzva en todo momento que tengamos Kohanim sabios que sepan analizar y determinar las manchas de tzaráat, cuáles deben ser declaradas puras y cuáles impuras. Quien transgreda esta mitzva y no se comporte como lo determina la ley de la misma la habrá anulado.