Mitzva 18) precepto de consagrar al primogénito
Parashat Bo
“Consagra para mí todo primogénito, el que abre la matriz de los hijos de Israel tanto del hombre como del animal son míos” (Éxodo 13,2)
Mitzva prescriptiva santificar a los primogénitos masculinos, lo que quiere decir que todos los nacidos masculinos de madre primeriza tanto en las personas como en los animales puros sean santificados para Hashem como dice el versículo: “Consagra para mí todo primogénito, el que abre la matriz de los hijos de Israel tanto del hombre como del animal son míos”, “animales” refiere solamente al primogénito del animal doméstico, es decir toro, oveja y chivito, pero no el primogénito del animal salvaje puro. Y de los animales impuros solo en la cría del burro se debe cumplir esta mitzva.
En el animal doméstico puro recae sobre los dueños la mitzva de santificarlo pronunciando la frase “este animal es santo”, luego deberán entregarlo a los Cohanim quienes después de acercar el cebo y la sangre del animal en el Altar comerán su carne en Jerusalén. La entrega del primogénito a los Cohanim no es inmediata luego de su nacimiento, sino que los dueños deben ocuparse de su crecimiento, si es del tipo pequeño treinta días, grande cincuenta días y recién allí lo entregan. En el tiempo que el Beit Hamikdash no está en pie o incluso cuando si esta solo que los dueños del animal y el animal están lejos de allí, hay quien opina que debe encerrar al animal y que muera solo y hay quien dice que se debe esperar y si cae en él un defecto tiene permitido de comerlo toda persona, que el Cohen que lo recibió decida dárselo, y en todo lugar ya que tiene el status como cualquier animal sin santidad.
Las leyes de primogenitura de persona y burro serán explicadas más adelante en las mitzvot de rescate de la primogenitura.
El fundamento de la mitzva es que quiso Hashem, Bendito Sea, meritarnos en cumplir una mitzva en “el comienzo del fruto” para darnos una señal recordatoria que todo es de él y que la persona no tiene nada en este mundo sino solamente lo que Hashem, Bendito Sea, decide con su gran bondad otorgarle. Esto lo entenderá la persona cuando vea que después de que gasto tantas energías y se esforzó mucho por conseguir “frutos”, cuando llega el primero, el cual es valorado y apreciado mucho, debe entregárselo a Hashem. Otro motivo para esta mitzva es hacernos recordar el gran milagro que hizo Hashem en la salida de mitzraim que nos salvó por medio de la plaga de los primogénitos.
La obligación que nos impone la Tora de cumplir esta mitzva de santificar el primogénito del animal doméstico puro, es en todo tiempo, pero solamente en la tierra de Israel. Ahora bien, los sabios vieron correcto obligar también a ser cumplirla en la diáspora. Tanto hombres como mujeres están encomendados a esta mitzva y entre los hombres no hay diferencia entre Cohen, Levi o Israel.
Las leyes de primogénito de persona y burro solo les recae a Israelim, pero Cohanim y Leviim no.