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Mitzva 419) Precepto de estudiar Torá

Parashat Vaetjanán

“Y les enseñarás a tus hijos…” (Devarim 6,7)  

Mitzva prescriptiva de estudiar la sabiduría de la Torá y enseñarla a otros, es decir estudiar como cumplir las mitzvot y cómo cuidarse de no transgredir lo que Hashem prohibió, como así también saber todas las leyes de la Torá correctamente, esto se aprende del versículo que dice “y les enseñaras a tus hijos…”. Explicaron nuestros sabios de bendita memoria “tus hijos” son los alumnos, y que lo que dice allí la escritura “y les enseñarás” quiere decir que las palabras de la Torá deben estar ordenadas en tu boca de manera tal que si una persona le pregunta algo de Torá no dude ni tartamudee, sino que le responda clara e inmediatamente. Fue repetida esta mitzva en varios lugares de la Torá.

El fundamento de la mitzva es sabido y claro, ya que solo por medio del estudio de la Torá la persona alcanza saber y entender los caminos de Hashem bendito sea, y sin lo cual es considerada como un animal.

Las leyes de la mitzva establecen lo que dijeron nuestros sabios de bendita memoria, ¿desde cuándo debe comenzar el padre a enseñar Torá a su hijo?, desde que el niño comienza a hablar, entonces le debe enseñar la Mishna “Torá tziva lanu Moshe morasha kehilat Iaakob”, que quiere decir la Torá nos la encomendó Moshe para que la heredemos a la congregación de Iaakob, que es el pueblo de Israel. También le debe enseñar el versículo “Shema Israel Hashem Elokeinu Hashem Ejad” y después continuar enseñándole los versículos de la Torá de a poquito hasta que alcance la edad de seis o siete años que entonces lo debe acercar a un maestro de niños que le enseñe la Torá.

Corresponde a todo padre que tiene un mínimo de inteligencia prestar atención de no presionar a su hijo más de lo necesario con el estudio siendo él aún un niño pequeño, débil en sus órganos y en su corazón, hasta que crezca y se fortalezca su corazón, sus miembros y sus huesos, para que no se enferme ni se desmaye por el excesivo esfuerzo en el estudio. Sin embargo, después de que creció y se fortaleció y se le abrieron sus capacidades de entendimiento a sus maestros, ciertamente es apropiado y bueno y aún más está obligado el padre a establecer sobre el niño el yugo de la Torá, haciéndole beber siempre de su vino añejo y alimentándolo con su miel.   

La principal obligación del padre es enseñar a su hijo a leer la Torá escrita, pero si le enseña también Mishna, Talmud, Halajot, Hagadot, demás la bendición recaerá sobre él. Quien no le enseñó su padre está obligado a estudiar por sí mismo cuando sea grande y reconozca esta obligación como dice el versículo “y las estudiarán y las cumplirán a ellas…”. En caso de que tanto el padre como el hijo necesiten estudiar Torá y no esta en las posibilidades económicas del padre contratar un maestro para cada uno, él está antes que su hijo, pero en caso de que su hijo sea más inteligente, es decir que tenga una mayor capacidad de comprensión y su estudio se mantiene en sus manos más que el del padre, es decir que lo recuerda más, el hijo tendrá la prioridad.

¿Hasta cuándo esta la persona obligada a estudiar Torá? hasta el mismo día de su muerte, como dice el versículo “no sea que se aparten de tu corazón todos los días de tu vida…”. Los sabios expresaron esta idea de manera clara diciendo que incluso en el momento de su muerte está la persona obligada a estudiar Torá como dice el versículo “Esta es la Torá, la persona que (cuando) muera en la carpa…”.

Cada uno de los integrantes del pueblo de Israel está obligado a estudiar Torá, tanto sea rico como pobre, sano como enfermo. Y ya dijeron nuestros sabios que la Torá (su estudio) cura todos los miembros del cuerpo. E incluso un pobre que por su gran necesidad debe tocar las puertas de las casas pidiendo tzedaka, o quien tiene esposa e hijos y está muy ocupado en conseguir el sustento para ellos están obligados a establecer momentos fijos de estudio de Torá tanto durante el día como durante la noche como dice el versículo “y te esforzarás en ella (la Torá) tanto de día como de noche”.

    Después de la muerte de la persona, en el principio del juicio en el tribunal celestial la juzgarán sobre los momentos que debía haber dedicado al estudio de Torá y no lo hizo.

Fue comparado el estudio de Torá al agua, ya que de la misma manera que las aguas no se mantienen en la cima de una montaña, sino que naturalmente de deslizan y caen a las profundidades, la Torá no se mantiene sino en una persona de perfil bajo y humilde y no en un arrogante.

Y que no diga la persona cuando me desocupe voy a estudiar Torá, no sea que no se desocupe nunca, porque no se sabe que es lo que puede surgir en el futuro siendo que los problemas en el mundo nacen todos los días y van trasladando a la persona de ocupación en ocupación y de preocupación en preocupación, por lo que a veces resulta que transcurrieron y se fueron todos sus días sin siquiera darse cuenta de que así sucedió, por ello debe el judío esforzarse un poquito y obligarse a dedicar una parte del tiempo de su día al estudio de Torá. Y quien así lo haga y quiera la bendición, desde el cielo lo ayudarán y le harán más leve las ocupaciones y preocupaciones del mundo, y la alegría reposará sobre él todos los días de su vida en este mundo y será para su bendición en el mundo venidero.   

Se debe cumplir esta mitzva en todo tiempo y lugar, por hombres, pero no por mujeres, como dice el versículo “y les enseñarán a sus hijos…”, y explicaron nuestros sabios que la intención de la escritura es excluyente: y no a sus hijas. También la mamá no está encomendada a enseñar a sus hijos Torá, pero aún así es apropiado que ciertamente se esfuerce para que no sean sus hijos ignorantes en el estudio de Torá, y si así lo hace un buen pago recibirá por su esfuerzo. Quien no enseña a su hijo Torá hasta que el pequeño sepa leer El Libro de la Torá y entienda la escritura de acuerdo con su simple entendimiento, habrá anulado esta mitzva. Asimismo, todo quien está en sus posibilidades estudiar Torá, esta encomendado por esta mitzva y de no cumplirla su castigo será muy severo porque esta mitzva es la madre de todos.

"El Rabi Simlai dijo: seiscientos trece mandamientos se le han comunicado a Moisés. Trescientos sesenta y cinco prohibiciones equivalentes al número de los días del sol, y doscientos cuarenta y ocho preceptos a cumplir, correspondientes a los miembros del cuerpo humano." (Tratado Makot 20: )