Empero Hashem, Bendito Sea, no posee facultades diferenciadas; y aunque existen en El cualidades que en el ser humano se hallan claramente diferenciadas, pues El tiene voluntad, posee el saber, el poder y es perfecto en el máximo grado concebible. Sin embargo, la real naturaleza de su existencia incluye, por definición toda la perfección posible. O sea que posee la perfección no como algo externo a Su existencia, sino como una parte integral de Su ser, cuya esencia incluye todo tipo de perfección; siendo imposible que Su existencia no incluya implícitamente la perfección.
En realidad, esta idea se halla sumamente alejada de nuestro entendimiento e imaginación y es prácticamente imposible hallar la forma de expresarlo o verterlo en palabras; pues nuestro intelecto y nuestra imaginación conciben exclusivamente conceptos definidos dentro de los límites de la naturaleza creada por Hashem, que es todo aquello que nuestros sentidos captan y transmiten a la mente. Empero en las criaturas los conceptos se multiplican y difieren entre si (lo cual les impide concebir diferentes conceptos en una esencia intrínsecamente simple).