10] De acuerdo a este principio, la época de recompensa verdadera ־ aquella que citamos mas arriba- y el lugar de la misma, sucederán después de la resurrección, en el mundo renovado; allí el hombre podrá obtener plena satisfacción, física y espiritual al disponer de un cuerpo purificado por su alma y preparado por ella para disfrutar de dicho bien.
Empero allí las personas serán clasificadas en diferentes niveles los cuales variaran según la perfección alcanzada en este mundo de preparación y esfuerzo. Y en función de dicho nivel, el alma misma irradiara en el cuerpo, purificándolo y haciendo que ambos alcancen la excelencia y la elevación, haciéndose merecedores de alcanzar la cercanía del Dios Todopoderoso, iluminarse de Su luz y disfrutar del verdadero bien.