Esto significa, que no es similar la situación de la persona que se halla en la abundancia y descuida el servicio a Dios, a la de aquel que atraviesa un estado de apremio y debido a su dificultad no cumple con su obligación; el juicio de estas personas no será idéntico sino que se juzgara a cada uno de acuerdo a su situación real, si actuó en forma involuntaria o premeditadamente, si lo hizo forzado o por propia voluntad
Y Dios, Bendito Sea, conoce la realidad de cada ser, en sus acciones y pensamientos y los juzga según esta verdad.