Jueves 

י"ח אדר ב’ התשפ"ד

Jueves

י"ח אדר ב’ התשפ"ד

חיפוש בארכיון

Sección 3, capitulo 2 «Sobre la utilización de los nombres sagrados y la hechicería» (parte dieciséis) /163

8] Debido a que decreto Dios la existencia del bien y del mal en este mundo, instituyo que el mal exista en todos los niveles que pueda existir; y es el desafío del hombre impedir la influencia y el efecto -del mal- en todos sus niveles y formas, hasta eliminarlo totalmente de la creación.

  Por su propia esencia natural, Dios excluye de Si cualquier tipo de imperfección, como ya lo citamos en la sec. 1 cap. 1, pues solo en las criaturas pueden existir imperfecciones y el mal.

   El diseño original de la creación contempla distintos niveles del bien para todo lo creado, así como lo opuesto que es la esencia potencial del mal. Y el hombre, por medio de su esfuerzo y servicio debe remover de si y de la creación toda la existencia del mal e instituir tanto en él cómo en la creación, el bien por la eternidad.

   Por ello, el diseño original contempla que todo concepto del bien posea su contraparte en el mal. Y así lo expresa el vers: «También uno frente a otro creo Dios» (Eclesiastés 7,14).

Solo en un aspecto es superior el bien al mal. El bien posee su raíz en la perfección de Dios y su eternidad, en tanto que el mal no es sino algo que fue creado empero que eventualmente se eliminará; el único propósito del mismo es existir durante el período de esfuerzo humano, como ya lo discutimos anteriormente.

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

“para que encomiende a sus hijos y a su casa después de él, a fin de que guarden el camino del Eterno, para hacer rectitud y justicia”