8] Debido a que decreto Dios la existencia del bien y del mal en este mundo, instituyo que el mal exista en todos los niveles que pueda existir; y es el desafío del hombre impedir la influencia y el efecto -del mal- en todos sus niveles y formas, hasta eliminarlo totalmente de la creación.
Por su propia esencia natural, Dios excluye de Si cualquier tipo de imperfección, como ya lo citamos en la sec. 1 cap. 1, pues solo en las criaturas pueden existir imperfecciones y el mal.
El diseño original de la creación contempla distintos niveles del bien para todo lo creado, así como lo opuesto que es la esencia potencial del mal. Y el hombre, por medio de su esfuerzo y servicio debe remover de si y de la creación toda la existencia del mal e instituir tanto en él cómo en la creación, el bien por la eternidad.
Por ello, el diseño original contempla que todo concepto del bien posea su contraparte en el mal. Y así lo expresa el vers: «También uno frente a otro creo Dios» (Eclesiastés 7,14).
Solo en un aspecto es superior el bien al mal. El bien posee su raíz en la perfección de Dios y su eternidad, en tanto que el mal no es sino algo que fue creado empero que eventualmente se eliminará; el único propósito del mismo es existir durante el período de esfuerzo humano, como ya lo discutimos anteriormente.