2] Hay otra cosa que hace falta comprender y es que el profeta no alcanza dicho nivel de elevación de una sola vez, sino que paulatinamente se irá elevando hasta alcanzar el estado absoluto de la profecía.
Este proceso requiere de un aprendizaje, como en el caso de otras disciplinas o artes en los que la persona se supera paulatinamente hasta dominarlos en forma total.
Y este es el concepto de «los hijos del profeta» (bene haneviim en el Tanaj), quienes permanecían con el profeta para aprender lo necesario sobre la profecía.