Sección 4, capítulo 6 «El orden diario y la plegaria» (novena parte) /237
7] Empero el concepto de las filacterias o Tefilin es sumamente superior al del Tzitzit; Ya que es el poder que le dio Dios a Israel para que reciban sobre si la santidad divina y se coronen con la misma, de manera que todos sus aspectos personales, tanto físicos como espirituales, se envistan de esta luz superior y experimenten una gran rectificación.
A esto se refiere el vers, al decir: «Y verán las naciones de la tierra que el Nombre de Dios se proclama sobre ti y te temerán» (Deuter. 28,10). Esta es la implicancia particular del precepto de los Tefilin en todas sus leyes y detalles.
Existen dos miembros principales en el cuerpo humano por medio de los cuales la Neshama -el alma- se expresa en forma mucho más fuerte, el cerebro y el corazón.
Y encomendó Dios que se transmita esta Luz en principio al cerebro por medio de la Tefilá (sing. Tefilin) de la cabeza y así se realice la rectificación necesaria en el cerebro y la Neshama contenida en él y posteriormente se extienda al corazón por medio de la Tefilá del brazo la cual se halla próxima al corazón.
Y de esta manera, el hombre se halla investido totalmente por la santidad que transmiten los Tefilin y se santifica enormemente. Existen numerosos conceptos y detalles asociados a este precepto, los cuales son necesarios para realizar la rectificación plena que debe experimentar el hombre en sus distintos aspectos.