Sección 4, capítulo 6 «El orden diario y la plegaria» (parte diecinueve) /248
16] Es preciso saber que el orden diario se divide en dos partes: la primera, la mañana y la segunda la posterior al mediodía que se denomina «entre el atardecer» (ben ha’arvaim).
Asimismo, la noche se divide en dos partes, como ya lo discutimos anteriormente. Y en cada una de estas cuatro divisiones se debe transmitir la Influencia e iluminación Divina a todos los universos, de acuerdo al aspecto particular del momento del día y en función de este orden es que fueron instituidas las plegarias cotidianas.
Para las dos primeras partes del día, la mañana y el atardecer, fueron instituidas las plegarias matutinas (Shajrit) y la vespertina (Minja).
En la mañana, que es el tiempo en que se renueva el sustento para todo el día, se instituyo un servicio de plegaria más extenso según este momento lo requiere. En la segunda parte, la tarde, que complementa la primera parte, no requiere sino un esfuerzo menor a fin de completar el estado requerido en ese lapso. La diferencia existente entre el día y la noche es mayor que la que existe entre el día y el atardecer, pues la noche supone un concepto de cambio mucho más grande. Por dicha razón fue instituido un servicio más extenso en la noche (, Arvit) que, en el atardecer, o sea la Keriat Shema y sus bendiciones (lo cual no se recita en Minja), empero menor que el de la mañana pues de todas maneras el sustento diario se origina en esa parte del día (Shajrit).
Sin embargo, en la segunda parte del día no fue instituido ningún servicio, a fin de no sobre exigir a la comunidad. Empero lo dejaron librado a los piadosos, quienes en ese momento de medianoche (Tikun Jatzot) se levantan y oran y claman, cada quien según su conocimiento.
Incluso el servicio nocturno (Arvit) estaba considerado opcional, y solo más adelante fue asumido como obligatorio (ver R. Itzjak Alfasi Tal. Berajot 84), más aún el Tikun Jatzot no puede ser considerado una obligación.