Sección 4, capítulo 6 «El orden diario y la plegaria» (primera parte) /229
1] Decidió la Inteligencia Divina que la noche sea el tiempo en que gobiernen las fuerzas de la impureza y se hallen en capacidad de proliferar por medio de todos sus vehículos y sus ramificaciones se dispersen por el mundo.
Asimismo, determino Su sabiduría, que en dicho periodo las personas se recluyan en sus casas, y se acuesten y duerman para descansar hasta la mañana, que es cuando la autoridad de esas fuerzas en todos sus aspectos, es reprimida y las personas nuevamente regresen a sus ocupaciones hasta el atardecer.
A esto se refirió el rey David al exclamar: «Pones la obscuridad y se hace la noche…brillara el sol…y el hombre sale a sus labores…» (Salmos 104).
Todos estos conceptos, con sus dominios y limites, se originan en las raíces de la conducción Divina del mundo, de acuerdo a los distintos aspectos de las influencias que afectan al hombre en todos sus niveles, como lo citamos en la sec. 1 cap. 5.