Sección 4, capítulo 8 «Preceptos temporales» (segunda parte) /258
2] El precepto de la Suca se halla relacionado, en líneas generales, con las Nubes de la Gloria Divina.
Esas Nubes Divinas con las que el Todopoderoso protegió al pueblo de Israel durante su peregrinaje por el desierto, no solo les brindo dicho beneficio físico sino además les transmitió un importante beneficio espiritual. Las Nubes aislaban al pueblo judío de su entorno y lo elevaban físicamente, y de esta manera se transmitía a ellos una Iluminación especial lo cual resultaba de su separación de las demás naciones y de hallarse elevados y prácticamente desligados del mundo físico. Israel se hallaba en un nivel superior a las demás naciones de la tierra.
Todo esto fue realizado en su momento con el pueblo judío para elevarlos al nivel superior del que eran merecedores. Y los resultados de ello se transmitieron a todos los judíos de las generaciones posteriores; pues dicha Iluminación se originó en Dios Todopoderoso y por lo tanto envuelve a cada hombre justo del pueblo de Israel, distinguiéndolo de entre los demás individuos y elevándolo por sobre ellos. Este concepto se renueva en el pueblo judío durante la festividad de Sucot por medio de la Suca.