Martes 

י’ תמוז התשפ"ד

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י’ תמוז התשפ"ד

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Octavo capítulo/24

1. Hay quienes se abstienen de prestar dinero porque piensan que el ayudar a otros es solo una forma de conducta apropiada o una buena cualidad, y no saben que el prestar dinero es una mitzva que está escrita de forma explícita en la Torá, similar a las mitzvot de lulab, shofar o tefilin. La persona debe reflexionar sobre cuán contento se pone cuando puede cumplir la mitzva del lulab o de sentarse en la suka, sobre la que además no tuvo ningún pesar por el dinero que gastó para poder cumplirlas y por el contrario, se pone contento por el mérito de haberlas realizado. Sin embargo, cuando se trata de la mitzva de prestar dinero, incluso cuando se presenta la más mínima dificultad ya no quiere cumplirla, y cuando finalmente la cumple muchas veces no la hace de buena gana y con alegría.

2. A modo de ejemplo, cuando la persona se encuentra con su compañero (quien es confiable) en la calle y éste le pide un préstamo pequeño de dinero, la persona intenta eludirlo con todo tipo de excusas, como por ejemplo que justo en ese momento no tiene dinero a mano y que no puede ir a la casa o al banco, o que no le conviene cambiar dinero o le aconseja que vaya donde fulano que seguramente va a poder ayudarlo. Incluso cuando después de escuchar las suplicas del otro, consiente en ayudarlo, lo hace con dificultad, dolor y sin nada de alegría. Sin embargo que acontecería si alguien de confianza se encontrase con usted y le ofrecería un «negocio redondo» en el que tiene que invertir poco dinero con grandes dividendos ¿también en este caso diría que no puede ir a buscar el dinero? O quizás ¿le diría que vaya a donde fulano que ciertamente va a estar contento de participar en este negocio? Ciertamente correría a su casa para buscar el dinero sin ningún tipo de flojera o dificultad. Si es así, cuánto más y más la persona debe estar dispuesta a ayudar a su compañero cuando se le presenta un negocio tan grande e importante como éste, en el que puede cumplir una mitzva de la Torá que su recompensa no tiene límites.

 

“Te diré hombre que es Bueno y que es lo que demanda Hashem de ti,  que actúes con justicia, ames con misericordia y camines con humildad junto a tu Di-s” (Mija 6:8)