De entre todas las cosas existentes, solo la especie humana se diferencia por estar constituida de dos elementos absolutamente distintos, el alma espiritual y el cuerpo material. Esta característica no es hallable en ninguna otra criatura.
Aquí es necesario prestar atención para no cometer el error de considerar a este respecto que los animales poseen la misma estructura humana. Pues aunque los animales poseen un espíritu vivo, el mismo es una entidad de las mas etéreas entre las entidades físicas, la cual no puede incluirse dentro del reino espiritual.
También el hombre posee una entidad similar a esta, debido a su condición de ser vivo. Sin embargo, además de esto el hombre posee un alma trascendental, la cual es una creación independiente, una entidad absolutamente diferente al cuerpo y sumamente distinta en sus características. Ella se involucra con el cuerpo respondiendo a un decreto divino, con el propósito citado en los capítulos anteriores.