4] Y en el amor y la dilección que Dios siente por el hombre, determinó que aun las ramificaciones de las demás naciones tuvieran la posibilidad, por medio de sus actos, de trascender sus raíces y pudiesen contarse entre las ramificaciones de Abraham si así lo deseasen.
Por ello, lo convirtió Dios a Abraham, nuestro patriarca, en el padre de los prosélitos y Le dijo: «Y se bendecirán en ti todas las familias de la tierra» (Génesis 12,1). Empero para ello deben realizar esfuerzos, pues de lo contrario permanecerían sometidos a sus características naturales.