1. Podemos ver la grandeza de la cualidad de hacer Jésed por el hecho que es una de las mitzvot en que la persona come sus frutos en este mundo y el capital (la recompensa principal) queda para el mundo venidero.
Además, esta cualidad acompaña a la persona para salvarlo en momentos de apremio. Esto, porque cuando la persona es juzgada por el Tribunal Celestial por las acciones que realiza, es juzgada por Ángeles acusadores y Ángeles defensores, y a pesar de que hay misericordia en la sentencia (debido a los Ángeles defensores), la persona también puede ser juzgada muy estrictamente (debido a los Ángeles acusadores). Sin embargo, esta dinámica cambia cuando Hashem mismo es quien juzga a la persona ya que toda su conducta es de compasión y misericordia.
2. Es por ello que a todos los individuos les conviene ser juzgados por el Juez Supremo y no por sus ángeles. Pero, ¿Cuándo la persona amerita ser juzgada por Hashem? Cuando hace actos de bondad de forma constante con sus compañeros y despierta así la cualidad de misericordia en el cielo. Solo entonces tiene el mérito de ser juzgado por Hashem, quien lo juzga con grandes cuotas de misericordia. Es más, incluso las personas que estudian todo el dia Torá no meritan de esto, todo el tiempo que no realizan actos de jésed de forma adecuada. Por esto dijeron nuestros sabios que la persona debe preocuparse de estudiar Torá conjuntamente con hacer jésed.