Aconteció una vez que una persona muy piadosa, que acostumbraba a dar tzedaka de forma constante, viajó en un barco, que debido a un fuerte viento se hundió. Cuando Rabi Akiva vio esto, fue al Bet Din a testimoniar que este hombre había muerto para que así, eventualmente su esposa pueda volver a casarse. Antes de atestiguar, este hombre apareció, Rabi Akiva al verlo se sorprendió y le preguntó: ¿No eras tú quien estaba en el barco que se hundió? El hombre afirmó, Rabi Akiva volvió a preguntar: ¿Quién te sacó de las aguas del mar? el hombre le respondió: la tzedaka que hice, cuando estaba en las profundidades del mar escuché una voz de entre las aguas que decía: suban a este hombre que hizo tzedaka todos los días de su vida.