4. No está explícito en la halaja cuánto dinero la persona está obligada a prestar a su compañero, y este precepto no puede ser comparado con el precepto de dar tzedaka cuyo monto máximo es un quinto de las ganancias, ya que en este caso a diferencia de la tzedaka el dinero vuelve a la persona. Por otra parte, tampoco se puede decir que la persona está obligada a prestar todo el dinero que tiene guardado y que no ocupa día a día, ya que es posible que necesite el dinero para poder hacer algún negocio y no va a tener el capital disponible para poder hacerlo. Es por esto que aparentemente hay que decir que esta mitzva no tiene una medida fija, sino que depende de las posibilidades de cada persona y persona y todo lo que la persona puede hacer para ayudar a su compañero lo debe hacer.
5. La cantidad de dinero que hay que prestar a una persona pobre depende las necesidades de este, y en caso que el prestador tenga todo este dinero debe prestarle, como está escrito “…y ciertamente le prestarás lo suficiente para sus necesidades…»