5] Y estipulo Dios, Bendito Sea, que todo aquello que se realice en el marco del libre albedrio humano, influencie por medio de su libre accionar a aquellas fuerzas superiores, en la medida e intensidad que les fuera concedida por Dios. Esto es real no solo para el accionar humano, sino aun para su habla y su pensamiento. Empero la intensidad y el grado de esta influencia nunca excederá los limites que le instituyo la divina inteligencia.