Cuando el hombre peco, cayo del alto nivel original en que se hallaba y atrajo sobre si un altísimo grado de obscuridad e insensibilidad, como ya lo expusimos mas arriba. Y todo el genero humano bajo de su nivel a uno muy inferior, indigno del nivel eterno al que se hallaba destinado originalmente; y quedó resignado y depuesto a un nivel sumamente inferior. Y bajo esa concepción engendro las futuras generaciones del mundo, todas en esa categoría degradada de la que hablamos. Sin embargo, no dejo de contener el genero humano, debido a su raíz verdadera, un aspecto de la excelencia que poseía en el momento de su deterioro y no se desplazo al primer hombre totalmente de manera que no pueda regresar a su nivel de excelencia, empero de hecho se halla en un nivel indigno, aunque potencialmente posee el altísimo nivel original.
Y le proporciono Dios a esas generaciones descendientes de Adam, el albedrio, para poder superarse y elevarse desde su decadencia hasta alcanzar el nivel superior. Y les determino un lapso para lograr dicho objetivo, el que la Inteligencia Superior considero adecuado para alcanzar la meta propuesta; de la misma forma en que hoy nos permite a nosotros la posibilidad de alcanzar la perfección y el nivel que nos permita acceder al mundo por venir, como ya lo citamos mas arriba, pues todo aquello que requiere un esfuerzo debe poseer limitación.