En ambos casos, si bien existe la iluminación Divina o si se carece de Su revelación, ello origina la consecuente influencia determinada por la inteligencia Superior.
La influencia de la iluminación Divina origina ciertas cualidades y beneficios, incremento (Ribbuy), claridad (Zacut) y valor (yakar). El ocultamiento de Su luz genera desventajas (jisaron), opacidad (aviut), vileza (shifiut).
Y para la existencia y dirección adecuada de todo lo creado se requiere de una combinación de estos elementos, pues en cada cosa creada existen por norma, elementos de beneficio y otros de perjuicio, de claridad y de opacidad, de valor y de vileza, por ello la influencia que llega hasta ellos -de acuerdo a lo que en realidad deben de recibir- debe de contener en su naturaleza elementos combinados de iluminación y ocultamiento de la luz divina. Y de acuerdo al orden instituido y a la canalización desde las raíces trascendentales por medio de las cuales llega la influencia divina, así se originarán los resultados de este proceso en todos sus aspectos y niveles. Y este es un principio fundamental en la relación a todo lo creado y a los estados que lo afecten en cualquier lugar en que se hallen.