Martes 

כ"ה חשון התשפ"ה

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כ"ה חשון התשפ"ה

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Sección 2, capitulo 8 «La influencia de las estrellas» (segunda parte) /132

Siendo que Dios decidió capacitar al hombre con el libre albedrio en sus actos, y así juzgarlo y recompensarlo en función de su conducta, El, Bendito Sea, somete Su providencia, si es que así es válido expresarlo, al accionar del hombre y no lo perjudicara ni lo beneficiara sino de acuerdo a su accionar.

En verdad, Dios no se halla sujeto a ninguna ley y no necesita a nadie más que a Si mismo, así como nada ejerce presión alguna sobre El. Por lo tanto, si Su deseo es utilizar Su grandeza, podrá actuar según Su voluntad sin ningún tipo de apremio o presión.

Y aunque el sistema judicial que El mismo instituyera se rige por sometimiento al accionar humano que acabamos de citar, si Su suprema inteligencia decretara una excepción a esta regla, Dios hará uso de Su grandeza y Supremacía para rectificar lo que sea necesario con su infinito poder.

Existen, por lo tanto, dos tipos de providencia. La providencia de la justicia divina y la providencia basada en Su absoluta y exclusiva autoridad; y con estos dos sistemas supervisa Dios a sus criaturas. Pues El coordina el juicio a las criaturas con Su providencia de justicia y sostiene todo lo creado con Su poder absoluto y Su omnipotencia a fin de que no se destruya debido a la maldad humana.

 

R. Moshe Jaim Luzzatto Z"L TRADUCIDO AL CASTELLANO POR EL RABBI ISAAC FADDA.

“para que encomiende a sus hijos y a su casa después de él, a fin de que guarden el camino del Eterno, para hacer rectitud y justicia”