Y sobre la devoción fuimos advertidos en la Torá en numerosas ocasiones: “Para amar al Eterno tu Dios y apegarte a Él” (Deuter. 30). “A él te apegarás” (Id. 10). “Ya a él se apegaron” (Id. 13). Y David dijo: “Se adhiere mi alma tras de Ti” (Salmos 63). Todos estos versículos tienen un tema en común, el apego con que debe el hombre seguir al Señor, sin apartarse ni moverse de Él. Y dijeron Nuestros Sabios: “Dijo Rabí Simón ben Lakish: Con tres términos de cariño denomino el Eterno a Israel, y los aprendemos a ellos del capítulo de Shejem ben Jamor” (Bereshit Rabá 80), y son el apego, el anhelo y el celo, o sea exactamente los tres elementos del amor esencial. El deseo ya mencionado, el apego y la satisfacción que se encuentra en todas las cuestiones relacionadas con el amado.